Temor de los conductores al 5 de febrero: el veto a derivados del petróleo ruso vaticina un posible subidón del diésel hasta los 2,2 euros

Temor a un subidón del Diésel.
Temor a un subidón del Diésel.
Carlos Gámez
Temor a un subidón del Diésel.

A poco más de veinte días de que se cumpla un año desde el estallido de la guerra, la respuesta de Europa contra la invasión de Ucrania por parte de Rusia vive este fin de semana un nuevo capítulo. Este domingo, 5 de febrero, entra en vigor el veto a la importación de productos derivados del petróleo ruso acordado en el plan de sanciones contra Moscú. La medida afectará directamente a la gasolina y, sobre todo, al diésel, por lo que todo apunta a que en las próximas semanas se encarecerá el precio de ambos carburantes, que desde el comienzo del año ya arrastran una subida superior al 15%. El litro de diésel podría llegar a los 2,2 euros en España, que parte de una posición más favorable que sus vecinos.

La importación de petróleo ruso por barco lleva prohibida en la Unión Europea desde principios de diciembre. Sin embargo, este veto tenía resquicios, ya que no afectaba al crudo ruso importado por otros medios -oleoductos, generalmente- y tampoco a los productos derivados del codiciado oro negro, tales como plásticos, plaguicidas, fertilizantes y, sobre todo, carburantes. "A partir de ahora, se abre un escenario incierto, porque el 44% de las importaciones de combustible de la Unión Europea dependen de Rusia", valora el ingeniero Víctor Ruiz, profesor de OBS Business School, a propósito del nuevo bloqueo.

En concreto, uno de los derivados del petróleo sobre el que más incidencia va a tener el veto es el diésel. "Aparte de ser un importante exportador de crudo, Rusia es también un importante exportador de gasóleo", corroboran desde la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP). Se estima que la sanción supondrá a los socios comunitarios dejar de comprar a Rusia el equivalente de 14.000 piscinas olímpicas de diésel al año

Europa es especialmente dependiente de este combustible, que alimenta al 42% de los coches y a más del 90% de los camiones y furgonetas comerciales en el Viejo Continente, según la Agencia Europea de Medio Ambiente. "Así como Estados Unidos no se ha 'dieselizado' tanto, en Europa hemos apostado muchísimo por el diésel, se ha promovido por ejemplo la venta de vehículos diésel mediante una fiscalidad menor del gasóleo que de la gasolina", recuerdan desde la AOP.

Ante la alta demanda de diésel, la retirada de Rusia del tablero europeo deja un vacío imposible de llenar con medios propios. "Las refinerías europeas están al máximo de su capacidad, no van a poder abastecer únicamente el mercado interno", señala Ruiz. "Este veto se produce en un momento en el que, desde hace unos meses ya hay cierta escasez de diésel por un cuello de botella en el refino", reconocen fuentes de la AOP. Además, la complejidad de este carburante hace que no todas las refinerías estén diseñadas para obtenerlo.

Búsqueda de proveedores

La única alternativa es, por tanto, la compra de gasóleo a otros Estados. "Desaparece un actor muy importante del mercado y va a haber escasez, pero hay otros países que pueden suplirlo", afirman fuentes de la AOP. Sin embargo, en esa búsqueda de proveedores existe el peligro de recurrir a países que sí compren petróleo a Rusia. "Si China, India o Turquía le compran el petróleo a Rusia y luego se lo venden a la Unión Europea más caro, con su margen respectivo, nos estamos autoengañando y perdiendo dinero", sentencia Ruiz. 

Para evitarlo, los socios comunitarios han acordado establecer topes tanto al petróleo como a los hidrocarburos que se compren a otros países provenientes de Rusia, aunque el ingeniero advierte de que ese tope puede no ser efectivo si el mercado marca un precio superior. Además, existe la incertidumbre de cuánto aumentará la demanda interna de China una vez levantada la política de 'covid cero', si bien de momento las suaves temperaturas del otoño y el invierno -a excepción de la ola de frío de la última semana- están permitiendo mantener altas las reservas.

España se encuentra en una situación particular en comparación con el resto de vecinos, ya que mientras que entre 2008 y 2012 la mayoría de socios comunitarios apostaron por cerrar progresivamente sus refinerías, el país presidido entonces por José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy invirtió casi 7.000 millones de euros en hacer sus refinerías más flexibles y competitivas, es decir, en aumentar su capacidad para procesar crudos de distintas calidades y orígenes. "La política que ha seguido España ha consistido en mantener un cierto grado de soberanía energética", explica Antonio Turiel, experto en el mercado petrolífero e investigador del CSIC. 

Según las estadísticas de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (CORES), España, que lleva desde mayo sin recurrir al petróleo ruso, cuenta con una amplia cartera de suministradores, con los que nutre a sus seis refinerías. Solo en noviembre, último mes del que hay datos disponibles, se importó crudo de 17 países diferentes, siendo los mayores exportadores México, Irak, Azerbaiyán, Kazajistán, Libia, Arabia Saudí y Estados Unidos.

Por encima de 2 euros el litro

"España puede estar mucho más tranquila que otros países en cuanto a la seguridad del suministro, pero evidentemente un aumento de los precios internacionales en un mercado global nos afectaría, como a cualquier otro país", reconocen desde la AOP. Y es que el incremento de los precios parece inevitable, tanto por la reducción de la oferta al excluir a Rusia de la ecuación como por el coste de transportar el diésel desde puntos más lejanos, como pueden ser Oriente Medio, India, China o Estados Unidos. De hecho, tanto Repsol como Cepsa ya han avisado de que esperan una fuerte subida en el precio del gasóleo a partir de febrero.

"Los precios podrían llegar hasta los 2,5 euros por litro de diésel en Europa y 2,2 euros en España", vaticina Turiel, que añade que es probable que se produzca un "efecto reflejo" en el precio de la gasolina, que acabará también por subir. De alcanzar esos niveles, se superarían los máximos registrados en verano, cuando el litro de diésel llegó a costar 2,1 euros, tras sufrir un alza que impulsó al Gobierno a establecer la ayuda de 20 céntimos suprimida, con carácter general, desde principios de año. Además, el investigador apunta a que el encarecimiento del gasóleo en Europa provocará un aumento en las exportaciones de diésel español hacia el interior del continente, con el consecuente alza de precios en el mercado nacional.

No obstante, Turiel recalca que el problema de la escasez del oro negro y, por extensión, del diésel viene de lejos. De hecho, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ya acordó en octubre recortar la producción de crudo en dos millones de barriles diarios. "La producción de petróleo en el mundo tocó techo en 2015 y hace años que empezó a bajar. En paralelo, la producción de diésel baja aún más deprisa porque, de todos los combustibles que extraídos del crudo, es el más difícil de producir por sus características químicas", explica. "No hay proveedores alternativos a Rusia, solo intermediarios. El bloqueo acelera un proceso que ya estaba en marcha", advierte.

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