¿Qué hacemos con Facebook?

El 22 de agosto de 2007 abrí mi cuenta de Facebook, no recuerdo exactamente quién me convenció, en ese entonces la red social que fundó Mark Zuckerberg tenía apenas 57 millones de usuarios mensuales en todo el mundo, hoy tiene 2 mil 130 millones. Entonces operaba en números rojos aunque registraba ingresos de 153 millones de dólares; el año pasado generó ingresos de 40 mil 653 millones de dólares y utilidades por 15 mil 934 millones. Desde que abrí mi cuenta hasta la fecha Facebook pasó de ser un emprendimiento interesante a ser una de las diez compañías más grandes del planeta por valor de capitalización de mercado, en conclusión una evolución espectacular. Desde entonces hasta ahora he sumado a un total de 432 personas en mis contactos de la red social, creo que tengo que hacer una depuración, a pesar de que todos los días la red social de Zuckerberg me recuerda que puedo llenar más datos de mi perfil nunca he especificado en qué escuelas y universidades estudié y tampoco en dónde trabajo o he trabajado, también me he negado a difundir mi fecha de nacimiento, sin embargo, un análisis muy rápido de mi perfil mostraría fácilmente esos y otros datos. La cantidad de información con la que he alimentado a Facebook durante más de diez años teóricamente podría servir para hacer un análisis muy completo de mi personalidad y de acuerdo con la promesa de Cambridge Analytica podrían predecir por quién voy a votar o incluso influir en la decisión. A juzgar por los resultados que obtuvo Cambridge Anaytica con Donald Trump en la elección 2016 las capacidades de la firma para influir en la sicología de una buena parte de los más de 70 millones de usuarios de Facebook en México podría ser un factor decisivo en el resultado del 1 de julio, hasta ahora no está muy claro si está trabajando en México. En este espacio escribí hace unas semanas que no veía una influencia rusa en la elección mexicana a través de la difusión de información falsa debido a que las condiciones de nuestro país son distintas a las de la Unión Americana en 2016. Las diferencias radican en que en México a diferencia de Estados Unidos las noticias falsas no tienen tracción en los medios tradicionales, además de que la penetración de internet no es tan alta como con nuestros vecinos del norte y, por otro lado, las campañas de desinformación han estado presentes desde hace bastantes años en México. No obstante, los reportes sobre Cambridge Analytica son preocupantes porque no se trata únicamente de manipulación de información, sino de manipulación sicológica que es mucho más sutil. De acuerdo con la propia compañía: “La mercadotecnia sicológica no es una fuerza superpoderosa. El tamaño de los efectos es relativamente pequeño y se observan de una manera agregada. Las posibilidades de que una marca haga que compres algo en contra de tu voluntad son muy bajas. Lo que sí puede hacer es obtener resultados a través de pequeños efectos en poblaciones muy amplias”. Más allá del episodio con Cambridge Analytica el asunto no es exclusivo de dicha entidad por ejemplo en el Centro Sicométrico de Cambridge que pertenece a la escuela de negocios de dicha universidad ofrece una herramienta llamada Salsa Mágica que propone: “Analizando los aspectos de conducta de los usuarios en línea, nuestra interfase de aplicación programada (API) predictiva podemos pronosticar un rango de variables que incluyen personalidad, inteligencia, potencial emprendedor entre muchas otras. Los datos de insumo a nuestro motor pueden derivar de cualquier registro digital. En el presente aceptamos, ID´s de Me gustas y textos de Facebook... además el Centro Sicométrico también puede construir modelos con machine learning para objetivos específicos de investigación.  

El asunto es preocupante por varias razones, por un lado, el descuido con el que Facebook cedió la información de poco más de 50 millones de usuarios. Cambridge Analytica no es la única aplicación dentro de Facebook que puede acceder a la información de los usuarios. Además, la compañía fue incapaz de reconocer y corregir con celeridad. Hasta ahora se sabe que fue la inminencia de la publicación por parte de The New York Times y The Observer del episodio con Cambridge Analytica mediante la cual esta última utilizó información de 50 millones de usuarios de la red social lo que llevó a Facebook a cancelar la relación con la empresa. Por otro lado, no será fácil contrarrestar a través de legislaciones nacionales el enorme poder que tiene Facebook, comenzando porque los legisladores suelen entender muy poco de temas de tecnología y aunque entendieran no parece haber a la vista una solución sencilla, en Reino Unido el Parlamento ha planteado que no se puedan hacer anuncios diseñados a la medida de cada usuario, pero no hay nada con respecto a la información que ya existe y cómo limitar que pueda ser utilizada. Tampoco, sería recomendable darle mucho poder a los gobiernos porque fácilmente podrían abusar, un buen ejemplo es China.

Hay cosas que sí pueden hacer países como México aunque son poco concretas, por ejemplo, exigir maneras sencillas e inmediatas para borrar cuentas e información a petición del usuario, hoy es relativamente complicado. También exigir transparencia con respecto a quién y con qué fin se comparte información del usuario, prohibir que la información de los usuarios en México pueda ser utilizada con fines electorales ni por ningún servicio de inteligencia incluyendo los nacionales. De llamar la atención la diferencia de actitud de compañías como Google que ayer presentó una iniciativa para mejorar el proceso noticioso, de la mano de los medios de comunicación. Twitter por su parte ha estado muy activo abriendo el diálogo y participando en la conversación.