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El capital riesgo puede sacar a Thyssenkrupp del ascensor

Si la fusión con Kone no sale adelante tiene otras opciones para vender su negocio de elevadores

Modelo de ascensor Multi, de Thyssenkrupp.
Modelo de ascensor Multi, de Thyssenkrupp.REUTERS

El capital riesgo va a dar a Thyssenkrupp una vía de escape en caso de que se quede atrapado en un ascensor de Bruselas. Kone, su rival finlandés, sigue siendo el mejor situado –en asociación con el japonés Hitachi– para ofrecer al conglomerado alemán una jugosa prima por su división de ascensores gracias a los grandes solapamientos entre los negocios de ambos. Sin embargo, los gigantes de las compras de empresas tienen menos de qué preocuparse en cuanto a la reciente reelección de la jefa europea de defensa de la competencia, Margrethe Vestager.

Advent International, Cinven y la Autoridad de Inversiones de Abu Dábi, el fondo soberano del país, están interesados en una oferta conjunta, informó ayer el dirario británico Financial Times. Eso podría impulsar la valoración de Thyssenkrupp hasta 20.000 millones de dólares (18.000 millones de euros), calcula. Kone tendría ventaja.

Basándose en el múltiplo de cotización de Kone, de 15 veces el ebitda de 2019, los ascensores de Thyssenkrupp podrían tener un valor empresarial en una oferta de capital privado de 14.500 millones de euros. Supongamos que son ciertos los 570 millones de ahorro anuales que estima Bank of America en una fusión Kone-Thyssen: equivaldrían a 2.000 millones de euros una vez gravados y capitalizados si Kone retuviera la mitad. Eso supondría una oferta valorada en 16.500 millones de euros.

Rebosantes de dinero, los actores del capital privado podrían pagar de más. Incluso si no lo hacen, la presencia de Vestager significa que una oferta más baja aún retendría algún valor. Es probable que la danesa, que ha sido reelegida este mes por la nueva jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se las haga pasar canutas a Kone. Después de todo, solo dejaría otras dos empresas globales de ascensores: Otis Elevator, con sede en Connecticut (Estados Unidos), y Schindler, con sede en Suiza.

Incluso si Kone recibe la luz verde final, es probable que una investigación en profundidad sobre competencia lleve al menos un año. Una compra privada, por el contrario, llevaría la mitad de ese tiempo y tendría un riesgo mínimo de ser bloqueada, lo cual sería una buena noticia para los inversores de Thyssenkrupp, que han sufrido mucho, y que han visto cómo el precio de las acciones se ha reducido a la mitad en los últimos 18 meses.

Una oferta de capital privado por debajo de los 16.000 millones de euros reflejaría una buena cantidad de descaro. Pero si las puertas del ascensor están atascadas y cerradas, las opciones tienden a ser limitadas.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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