Los precios del petróleo suben este viernes, pero se encaminan a terminar la semana dispares, presionados por un aumento de inventarios de crudo en Estados Unidos y un disparo de contagios de COVID-19.

A las 2:00 p.m. (horario de Ciudad de México), el contrato de agosto del WTI gana 2.47%, a 40.60 dólares por barril, y el crudo Brent del mar del Norte para entrega en septiembre sube 2.15%, a 43.26 dólares, de acuerdo con datos de Bloomberg.

Los precios iniciaron la sesión con pérdidas, pero se recuperaron tras datos que mostraron una reducción de las plataformas de petróleo y gas natural operadas por empresas en Estados Unidos por décima semana consecutiva y un avance de los mercados financieros.

En el balance semanal, el WTI acumula una pérdida de alrededor 0.2% y el Brent ha avanzado alrededor de 1.3%.

Las existencias de crudo crecieron en 5.7 millones de barriles en la semana terminada el 3 de julio. Analistas encuestados esperaban un declive de 3.1 millones de barriles.

Sin embargo, los inventarios de gasolina bajaron en 4.8 millones de barriles, a medida que se recupera el tráfico de vehículos.

El mercado se mantiene atento a un alza de contagios de COVID-19 a escala mundial, situación que puede afectar en la demanda de combustible, que ya se ha recuperado desde sus niveles de abril.

Más de 60,500 nuevos casos de COVID-19 se reportaron el jueves en Estados Unidos, marcando un récord diario. La cifra fue también la más alta para cualquier país desde que el virus surgió en China a finales del año pasado.

Hasta hoy, el número de contagios asciende a 12.3 millones en el mundo, con un saldo de más de 556,000 decesos, de acuerdo con datos de la Universidad Johns Hopkins.

“Hay nuevas pérdidas de empleos en el horizonte debido a que varios estados volvieron a imponer restricciones de confinamiento. Estados Unidos aún está sumido en la pandemia y esto es una mala noticia para el panorama de la demanda de petróleo”, dijo Stephen Brennock de la correduría de crudo PVM.

La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) elevó sus estimaciones para la demanda de petróleo, pero advirtió que la propagación del COVID-19 representa un riesgo.

“La aceleración de la cantidad de casos de COVID-19 es un recordatorio inquietante de que la pandemia no está bajo control y el riesgo para nuestra perspectiva del mercado es casi seguro a la baja”, advirtió la IEA.

En su reporte mensual, la agencia asentada en París dijo que la demanda llegará a 92.1 millones de barriles diarios en 2020, un aumento de 400,000 respecto a sus perspectivas previas.

En tanto, el mercado también evalúa la reapertura del campo petrolero de Messla y la refinería Sarir en Libia, cerrada desde enero debido a los conflictos en el país.

La reanudación de producción en Libia amenaza con impulsar los suministros mundiales, en un momento en que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados acordaron un recorte récord.

La próxima semana, el grupo conocido como OPEP+ se reunirá para evaluar los recortes llevados a cabo hasta el momento. 

Con información de Reuters