Pueden pasar años, incluso décadas, para que Colombia pueda empezar a consumir los millones de pies cúbicos de gas natural que a la fecha le debe Venezuela.
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Y es que a ciencia cierta las autoridades nacionales no tienen la certeza de establecer cuándo Colombia comenzará a consumir los 500 millones de pies cúbicos diarios (Mpcd) que llegarían desde el vecino país, y que representarían más del el 50% del consumo diario del citado combustible por parte de los colombianos en el territorio nacional.
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Para el sector gasífero del país, este gas natural debe tenerse en cuenta ya que más tarde que temprano entraría al país, con lo que se atenderían de manera eficiente su creciente demanda.
“Si bien es claro que la coyuntura política entre los dos países no ha permitido retornar el gas natural pactado, la importación desde Venezuela la vemos como una opción a futuro, sujeta a la normalización de las relaciones que permita los intercambios energéticos necesarios para beneficio mutuo”, señaló Orlando Cabrales, presidente de Naturgas.
En el mismo sentido, el presidente de Promigas, Eric Flesch, ha reiterado en diferentes escenarios, que “el país no puede darse el lujo de “olvidar o engavetar” los volúmenes de gas natural que el vecino país le debe a Colombia. “Hay un gasoducto construido, y se espera que una vez se normalicen las relaciones entre ambas naciones y se reactive el acuerdo, se comenzaría a recibir el combustible”, sostiene.
La infraestructura a la que hace referencia el líder empresarial es el gasoducto Antonio Ricaurte, inaugurado en el 2007, y que hace parte del acuerdo para el intercambio de gas natural entre Colombia y Venezuela.
Su estructura comprende una extensión de 225 kilómetros entre los puntos de Punta Ballenas en La Guajira (Colombia) y la costa oriental del Lago de Maracaibo (Venezuela), de los cuales, 88,5 kilómetros (39,44%) se encuentran en territorio colombiano. Para su montaje se invirtieron US$335 millones.
Por la infraestructura no habría ningún inconveniente, y está disponible para el transporte de gas desde el otro lado de la fronteras”, recalcó Cabrales.
Según el acuerdo sellado entre ambos países, el primero en entregar el combustible era Colombia, tarea que empezó a hacer el 1 de enero de 2008 hasta el 31 de diciembre de 2015, con despachos entre 0,5 y 0,7 trillones de terapiés cúbicos de este combustible.
Por su parte, Venezuela debía hacer lo mismo desde el 1 de enero de 2016, hasta el 31 de diciembre de 2024, y cuyo combustible era esperado en el campo Ballena, pero hasta la fecha no ha ocurrido, primero por las diferencias políticas, a lo que se suma la caída en la producción de hidrocarburos del vecino país.