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Stellantis debe avanzar en China y en transición ecológica

Tiene que electrificar los utilitarios deportivos y las camionetas para no perder terreno con GM

Logo de DS, marca de Stellantis.
Logo de DS, marca de Stellantis.BENOIT TESSIER (REUTERS)

El viaje sideral de Stellantis aún no ha tomado su forma definitiva. Tras un estallido inicial, las acciones del fabricante de automóviles nacido de la fusión de Fiat Chrysler Automobiles y Peugeot se sitúan justo por encima de su nivel de debut hace dos semanas. Como resultado, las acciones cotizan a casi 6 veces sus ganancias proyectadas para 2021, más baratas que sus pares, incluidos Volkswagen y Ford Motor.

Esto se debe, en parte, a que el valor de mercado de Stellantis, de 49.000 millones de dólares (41.000 millones de euros), aún no refleja plenamente los 5.000 millones de euros de ahorro anual que ha prometido el jefe Carlos Tavares. Pero los inversores pueden estar tranquilos con su capacidad de reducción de costes: dos años después de la compra de Opel a General Motors, elevó los márgenes operativos a un 8,5%, superando a otros fabricantes de automóviles europeos.

Los analistas de Jefferies pronostican que la reducción de los costes de investigación, el uso compartido de plataformas de automóviles y el ahorro en compras deberían impulsar el beneficio operativo de Stellantis en casi un 50%, hasta alcanzar los 16.000 millones de euros entre 2021 y 2025. El nuevo grupo cuenta con una sólida base en Europa y América, una buena cartera de todoterrenos liderada por Jeep, de Chrysler, y una relevante presencia en vehículos comerciales ligeros.

Los retos están más cerca de casa de lo que el celestial nombre del fabricante de automóviles con sede en Holanda podría sugerir. Fiat y Peugeot no han conseguido avanzar en China, el mayor mercado automovilístico del mundo. Las ventures existentes, como el contrato recientemente ampliado entre PSA y Dongfeng Motor, no han dado muchos frutos. Tavares necesita encontrar una alianza más significativa, quizás con Geely, el propietario de Volvo Cars.

Ponerse al día en transición ecológica es otra prioridad. Fiat selló un acuerdo de reparto de emisiones con Tesla para evitar las cuantiosas multas de la Unión Europea en 2019. Puede que eso ya no sea esencial tras la fusión con Peugeot, que está en camino de alcanzar los objetivos de emisiones de carbono este año. Pero Stellantis aún necesita electrificar los utilitarios deportivos y las camionetas para no perder terreno frente a General Motors, que acaba de prometer una línea totalmente eléctrica para 2035. Stellantis tendrá que gastar al menos 1.000 millones de euros al año para seguir siendo competitiva, según UBS.

Por último, Tavares tiene que poner en orden las 14 marcas que supervisa, incluidas Alfa Romeo y Maserati, dos líneas de Fiat potencialmente de alto margen, pero que ahora están en dificultades. El nombramiento del veterano de Peugeot Jean-Philippe Imparato para dirigir Alfa sugiere un compromiso para revivir la marca.

Si Tavares acierta en todos los frentes, Stellantis merece como mínimo cotizar a 7 veces los beneficios, como Volkswagen. Eso es un 20% de subida desde el acelerado inicio de la carrera.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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