Energía renovable

¿Volverán a terreno alcista las energías renovables?

El 4 de marzo de 2021, la división de índices de S&P Global, S&P Dow Jones Indices, sacó una consulta pública para todos los participantes de los mercados financieros, cuyo objetivo no era otro que la revisión de los componentes de su índice de energías limpias (S&P Global Clean Energy Index).

¿Qué es el S&P Global Clean Energy Index?

El S&P Global Clean Energy Index es un índice bursátil que mide la rentabilidad de 30 compañías de diferentes países cuya principal actividad de negocio son las energías limpias. Dentro de esta rama de actividad se encuentran empresas cuyos modelos de negocio se centran en la producción de energía limpia, su equipamiento o el desarrollo de la tecnología que utiliza este tipo de energía.

Energías renovables

¿Cómo se construye el índice?

Actualmente, el número mínimo de empresas que constituye el índice es de 35. A nivel operativo, es indispensable que estas compañías cuenten con una capitalización de mercado igual o superior a los 300 millones de dólares y sus acciones estén cotizadas en alguno de los mercados desarrollados.

Como se ha comentado anteriormente, es imprescindible que las empresas que formen el índice guarden relación con la producción directa de algún tipo de energía limpia o la producción de equipamiento o tecnología relacionado con el aprovisionamiento de la misma. Algunos ejemplos de este tipo de actividades son:

  • Producción de energía y equipamiento para Biocombustibles y Biomasa
  • Producción de energía solar
  • Producción de energía geotérmica
  • Construcción de plantas fotovoltaicas
  • Equipamiento para turbinas de viento.

A la hora de hacer la selección de empresas que formarán el índice se tiene en cuenta la exposición de cada uno de estos posibles constituyentes a las diferentes actividades que hemos mencionado en el listado anterior. Esta exposición se mide otorgando a cada compañía del universo elegible una puntuación encuadrada entre el 0 y el 1. De esta forma, todas aquellas empresas con una puntuación igual a 1 se incluyen automáticamente en el índice. En caso de que dicha puntuación sea inferior a 1, se comenzarán a evaluar aquellas cuya puntuación no sea inferior a 0,5. Solamente se evaluarán compañías con una exposición a energía limpia de 0,5 si no se alcanza el límite máximo de 35 constituyentes. Las diferentes clasificaciones indican lo siguiente sobre cada compañía:

  • Las empresas con una puntuación igual a 1 llevan a cabo principalmente una actividad económica cuyo modelo de negocio se basa en energías limpias.
  • Se otorga una puntuación de 0,5 a aquellas compañías con cierta relevancia en la fabricación de energía limpia o equipamiento para esta.
  • Las empresas cuya puntuación sea 0 no son susceptibles de ser incluidas en el índice, ya que no llevan a cabo ninguna actividad de energía limpia ni de equipamiento o tecnología asociada a este tipo de energías.

Actualmente, el índice lo componen 30 compañías, con una capitalización media de 10.000 millones de dólares. Los principales sectores de actividad son el de Utilities (Servicios públicos), Information Technology (Tecnología de la información), Industrials (Industriales) y Energy (Energía) con unos pesos del 49,2%, 24,2%, 23,7% y 3%, respectivamente. De esta distribución por sector podemos deducir que la producción de energía limpia es la rama de actividad dominante para este tipo de compañías.

Fuente: S&P Global Clean Energy Index

¿Cuál es el objeto de esta consulta?

El principal problema para aquellos inversores que replicaban este índice era su limitada liquidez. Por ello, S&P Dow Jones Indices lanzó una consulta, en aras de solventar esta problemática. Con ella, no solo pretende ampliar el número de constituyentes del S&P Global Clean Energy Index para evitar la concentración del capital en unas pocas empresas, sino que también busca una mejor réplica del índice para aquellos productos financieros cuyo objetivo de inversión sea ese. Para conseguir el objetivo, se proponen las siguientes modificaciones del índice:

  • Incluir un cuarto nivel de exposición a energías limpias. En la actual metodología de construcción del índice,  tal y como explicábamos anteriormente, solamente tienen cabida empresas con una puntuación de 1 o 0,5. La nueva modificación tiene como objetivo incorporar ese sistema de evaluación añadiendo la puntuación de 0,75. De esta forma, aquellas empresas que cuenten con una puntuación de 0,75 serán aquellas que tienen una exposición considerable a la producción de energías limpias o de equipamiento y tecnología.
  • Aumentar el número de componentes del índice a un máximo de 100. La metodología de inclusión de compañías sería la misma que hemos comentado en el apartado anterior, con la excepción de que se añade como primer filtro, después de una puntuación de 1, la puntuación de 0,75. La puntuación media del índice deberá ser como mínimo de 0,85. Si esta puntuación cayese por debajo de esa cifra se eliminarían las compañías con la puntuación más baja (0,5) hasta alcanzar dicha puntuación media.
  • Limitar el peso de las compañías en función de su puntuación de exposición a energías limpias. En este caso, aquellas compañías con una puntuación de 1, 0,75 y 0,5 tendrían sus pesos en el índice limitados en un 8%, 6% y 4%, respectivamente.

¿Por qué se hace esta consulta para la modificación del índice?

Desde principios de este 2021, ni el índice S&P Global Clean Energy ni los ETF que lo replican han obtenido buenos resultados hasta la fecha. Concretamente, la rentabilidad del principal ETF que replica este índice ha sido de un -18% desde que comenzase el año. El ETF en cuestión es el iShares Global Clean Energy UCITS ETF (INRG) de la gestora americana Blackrock.

Energías renovables

Fuente: Blackrock

Estas rentabilidades negativas que se acumulan desde que comenzó el año son fruto de esa iliquidez del índice que mencionábamos anteriormente,  derivada de la concentración del capital de los ETF que lo replican en los 30 constituyentes del mismo. A diferencia de los fondos de inversión tradicionales, los ETF no pueden limitar las entradas de capital, por lo que el boom de las energías renovables ha hecho que todas las inversiones realizadas a lo largo de 2020 en esos ETF se concentren en apenas 30 empresas. De hecho, este ETF que mencionamos cuenta con unos 5.000 millones de dólares de volumen.

Por ejemplo, los fondos y ETF de Blackrock e Invesco cuentan con un 10% de Solaria, la empresa de placas solares española. Esto supone que los inflows (flujos de entrada) y los outflows (flujos de salida) de estos fondos afectan en gran medida a la cotización de esta compañía. De hecho, Solaria no es un caso aislado, sino que otros valores que forman el S&P Global Clean Energy Index se han visto afectados por este fenómeno de concentración y han visto mermadas sus cotizaciones. En el caso concreto de Solaria, el valor de la acción desde el 1 de enero de 2021 a fecha de hoy ha disminuido desde los 24,52 euros por acción a los 18,38 euros por acción, lo que supone una rentabilidad negativa en 2021 de un 25%.

Pese a que la consulta ha tenido cierto éxito entre los participantes del mercado financiero, valores como Solaria o Siemens Gamesa han seguido acumulando pérdidas. Esto es debido a que ETF como el que mencionamos en párrafos anteriores tendrán que vender parte de sus posiciones en estas empresas de cara a adaptarse a los nuevos pesos y a las nuevas compañías que entrarán a formar parte del índice. Sin embargo, otros valores españoles como Acciona y Ence han visto incrementar sus valoraciones fruto de este anuncio.

La pregunta clave que se plantea ahora es si después de estas modificaciones las empresas más perjudicadas por esta situación volverán a terreno alcista o si por el contrario seguirán cosechando números rojos en el parqué como vienen haciendo desde que comenzó el año.

La operativa con productos cotizados está dirigida a inversores que deben tener experiencia y conocimientos financieros suficientes para invertir en ellos. La inversión en estos productos requiere una vigilancia constante de la posición ya que comportan un alto riesgo y se puede perder el 100% del capital invertido.

Antes de efectuar cualquier contratación, es recomendable informarse legal, regulatoria y fiscalmente sobre las consecuencias de una inversión. 

Las decisiones que cada inversor adopte, tanto de inversión como de nivel de delegación y asesoramiento, son su responsabilidad.

Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. 

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