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Praga objetivo 2030: ‘start ups’ y economía circular para levantar el ‘real estate’

La capital checa se ha colocado en el horizonte dos grandes metas: convertirse en una smart city para lograr ser una cuna de la tecnología proptech e impulsar una economía basada en el reciclaje de recursos que alcance la construcción de un parque inmobiliario sostenible.

Marta Tamayo

19 nov 2021 - 04:58

Praga objetivo 2030: ‘start ups’ y economía circular para levantar el ‘real estate’

 

Praga se une a la carrera de la tecnología en el real estate. En el centro de Europa, la capital checa se prepara para dar el paso a un nuevo modelo de ciudad, marcado por la descarbonización apoyada en la economía circular. Para ello, la antigua capital imperial apuesta por cuatro sectores claves que deben protagonizar la transformación: la agricultura, la gestión de residuos, la gestión del agua y la construcción.

 

La ciudad, con una población de 1,3 millones de personas, es una de las urbes más relevantes de Europa del Este y la capital del país con mayor desarrollo económico de la región. República Checa suma un Producto Interior Bruto (PIB) per cápita de 42.055 dólares, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo de Económico (Ocde).

 

El Ayuntamiento de la ciudad presentó a inicios de noviembre la puesta en marcha del plan Circular Prague 2030. Según la nueva hoja de ruta del consistorio, el sector de la construcción es el que más materias primas consume de toda la economía urbana, hasta copar un 70%. Para recortar la tasa, la ciudad impondrá restricciones a la demolición de edificios y se potenciará el uso de materiales reciclados.

 

Según el Instituto de Innovación de Praga, encargado de la realización del proyecto, “las actuaciones en edificios antiguos bien pensados si son correctamente renovados pueden reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 60%”.

 

Praga consume más de trece millones de toneladas de materiales de construcción cada año. En concreto, el sector usa en un 97% de los químicos y minerales entre los que se encuentran principalmente piedra, cemento y asfalto, ya que se usan tanto para la construcción de edificios como para otras infraestructuras. De ellos, sólo el 10% de los materiales provienen de fuentes recicladas.

 
 

Para aumentar la tasa de material reciclado y protagonizar una verdadera transformación, la ciudad apuesta por el techie. “En una ciudad circular ideal, todos los materiales están monitorizados durante todo su ciclo de vida”, apunta el plan Praga Circular del consistorio.

Actualmente, la ciudad está testeando dos estrategias. Una de ellas pasa por contar con una base de datos de los materiales disponibles bajo el nombre de Prague Urban Mine. Además, también estudia instaurar un pasaporte a los materiales de construcción, para que queden registrados los materiales que han sido usados en cada proyecto. El documento también mostraría información sobre la calidad del material y su precio.  

 

La ciudad se encuentra entre los cien ecosistemas emergentes dentro de las start ups, pero quiere escalar posiciones. Zdenek Hrib, al frente del Ayuntamiento desde 2019, médico de profesión y el primer miembro del Partido Pirata en hacerse con la alcaldía, propone adaptar la ciudad a la digitalización, apoyándose en las tecnologías para mejorar la gestión municipal y convertir la ciudad en una smart city.

 

La capital del país, con tradición en la industria metalúrgica y de la automoción (cuenta por ejemplo con la sede de Skoda), lleva años apostando por convertirse en una ciudad inteligente capaz de atraer capital y talento, para ello, a finales 2020, el consistorio aprobó la hoja de ruta para lograrlo: el Smart Prague 2030 Action Plan. El documento recoge una serie de proyectos que se llevarán a cabo hasta 2030 para incrementar la interconectividad de la ciudad y hacer una mejor gestión de los recursos a partir de la tecnología.

 

El plan cuenta con cinco ejes principales: la movilidad, el sector turístico, la salud, la gestión de los residuos y la construcción. En este último campo, la ciudad busca construir un parque inmobiliario inteligente con el foco puesto en la gestión de la energía. Para empezar, el Ayuntamiento de Praga pondrá en marcha planes de eficiencia energética en los edificios que están bajo su propiedad.

 

La ciudad también echará mano de la tecnología para reducir las demoliciones y optar por diseños que utilicen estructuras ya edificadas para crear más viviendas de obra nueva sin generar tantos residuos ni utilizar materias primas. Tras la pandemia, la demanda de pisos nuevos se ha incrementado en las principales ciudades checas, según datos de la inmobiliaria Trigrema Group recogidos por el medio local Prague Morning.

 

 

“Desde hace varios años, el mercado residencial checo ha registrado un fuerte crecimiento de la demanda”, sostienen desde Deloitte. “Cuando la pandemia impactó en el país a mediados de marzo, el mercado se vio afectado entre dos y tres meses”, añade la consultora.

 

Según datos de Deloitte, el país cuenta con una gran falta de vivienda asequible y cuenta con la segunda peor situación entre los 22 países comparados, sólo por después de Serbia. Con todo, el precio medio de venta de una vivienda se incrementó un 8,5% en 2020, al alcanzar 2.822 euros por metro cuadrado. La demanda se ha vuelto aún más fuerte tras la pandemia, impulsada por la falta de oferta y las condiciones de financiación, según apunta la consultora.

En el mercado del alquiler, la falta de turistas derivado de las restricciones de la pandemia ha provocado un aumento de la oferta a largo plazo y una caída del arrendamiento vacacional.

 

Según datos de Eurostat, Praga acogió en 2019 a 7,3 millones de turistas que contrataron su estancia a través de Airbnb, Booking, Expedia y Tripadvisor, convirtiéndose en la séptima ciudad europea con más visitantes.

 

En los últimos cuatro años, Praga había registrado un aumento del precio de arrendamiento, pero tras el colapso del mercado de alquiler de corta estancia con la pandemia y el aumento de la oferta en el arrendamiento tradicional, el precio cayó un 10%, hasta 11,5 euros el metro cuadrado al mes.

 

En el mercado de oficinas, la capital de República Checa cuenta con 3,7 millones de metros cuadrados y una tasa de disponibilidad del 8%, según datos de Cbre. Los principales inquilinos del segmento son el sector financiero, con 16% de la superficie; el tecnológico, con un 14%, y el manufacturero, que copa otro 12%. La renta de los activos prime cayó en tercer trimestre del año un 4,3% interanual, hasta 22,5 euros por metro cuadrado al mes.

 

En el retail, el alquiler de high street ha sufrido las consecuencias de la pandemia hasta registrar una caída de la renta del 6%. Su principal eje comercial, la calle peatonal Na Prikope, se situaba en 2019 entre las más caras del mundo para alquilar un local. Aunque las rentas no han remontado, las ventas han iniciado la recuperación y en agosto se incrementaron un 5,3% interanual.

 

Por el contrario, los centros comerciales han aguantado mejor el golpe y las rentas se han mantenido estables. A cierre del tercer trimestre del año, el stock de metros cuadrados de centros comerciales era de 2,5 millones de metros cuadrados.