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© Alberto Sánchez

España será el único país que superará la media de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del conjunto de la eurozona en 2022 y 2023, tal y como se desprende del último informe de Axa Investment Managers.

Así, para este año se calcula que el PIB de la zona euro se incrementará en un 3,9%, mientras que para el que viene será del 2,1%. En el caso de España, la economía crecerá a un ritmo del 5,5% y del 3%, respectivamente.

De esta forma, de las cuatro grandes economías de la eurozona, la nuestra será la única que supere la media del conjunto, quedándose Alemania en el 3,5% para 2022 y el 1,9% para 2023; Francia, en el 3,6% y el 2%, respectivamente; e Italia en el 3,7% y el 1,9%.

El conjunto del mundo crecerá en este 2022 a un ritmo del 4,2%, mientras que para 2023 se espera que se ralentice hasta el 3,6%. En el caso concreto de las grandes economías, el PIB de todas ellas subirá al 3,8% para el ejercicio actual y al 2,4% el próximo.

En EEUU se espera que su economía avance a un ritmo menor en comparación con la eurozona a finales de este año, al 3,5%, mientras que adelantará al Viejo Continente en el próximo, al crecer un 2,7%.

Desde Axa IM apuntan a Ómicron como uno de los riesgos clave de cara a este año, debido a que todavía no está del todo claro y avalado científicamente que las vacunas sean eficaces para evitar contraer la enfermedad y desarrollar síntomas graves, en línea con lo dicho por la Organización Mundial de la Salud (OMS) la semana pasada.

"La variante Ómicron ha sido un recordatorio de la importancia de las expectativas de política monetaria para impulsar los movimientos de las divisas, ya que la reacción del dólar fue depreciarse frente al euro", argumentan.

"El crecimiento en general se ha suavizado desde el fuerte ritmo de reapertura de mediados de año, pero en la mayoría de las regiones se vislumbra un crecimiento por encima de la tendencia para el próximo año, aunque las limitaciones de la oferta y el crecimiento de la renta real prometen ser un reto en los próximos trimestres", dicen en el informe.

Sobre la inflación, uno de los puntos clave para varios bancos centrales, creen que seguirá aumentando aunque su pico "puede estar cerca en varias jurisdicciones". "En las economías desarrolladas, las expectativas de inflación a medio plazo están principales están bien ancladas. La inflación general debería estabilizarse en los primeros meses de 2022 y descender fuertemente a partir de la primavera", sentencian.

En cuanto a la renta variable, no cambian sus perspectivas constructivas aunque la divergencia de políticas entre Europa y EEUU aumenta el riesgo de que la política de la Fed afecten a las primas de riesgo en el Viejo Continente. Eso sí, este es un "riesgo bastante modesto".

Este es el escenario con una mayor probabilidad, pero existen otros dos, un poco más extremos, a los que estos analistas ponen su atención. Por un lado, la posibilidad de una recesión más persistente, con un 40% de probabilidades. Esta podría aparecer por una mutación del virus con muchos más brotes, cambios estructurales post-pandémicos, un aumento de las tensiones geopolíticas y las altas tasas de ahorro en los hogares. Todo ello se traduciría en un crecimiento más débil y una política monetaria no preparada para hacer frente a las perturbaciones de la oferta. Al final del todo, el apetito por el riesgo se deterioraría, la renta variable se vendería y el crédito se ampliaría. Además, los tipos de interés de los seguros subirían y la deuda de los mercados emergentes bajo presión se incrementarían.

En el lado positivo, con un 5% de probabilidades, una expansión mucho más fuerte gracias a que la vacuna llega a todo el mundo, estimulando la demanda; la recuperación de la participación del mercado laboral y del impulso de la productividad.

Todas las economías del mundo subirían, la inflación se desplazaría hacia los objetivos de los bancos centrales y la política monetaria se mostraría más paciente. Esto provocaría que el entorno de riesgo, con la renta variable, siguiera ganando, el dólar se suavizara y el euro estaría más fuerte, estrechando los diferenciales.

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